En esta etapa evolutiva, desde los 7 a los 14 años, el niño desea conocer el mundo. Este se despliega ante el con bellas imágenes que le permiten vivenciar en primera persona el proceso de aprender.

Abordamos el aprendizaje desde diversas aristas construyendo de este modo un saber profundo e integral. Cada mañana los niños ingresan a las 8, encontrándonos en el patio, toda la escuela, mirándonos y saludándonos. Los primeros años sólo concurren por la mañana y a partir de segundo ciclo el horario se va incrementando. En las aulas suenan bellas melodías, los colores de las pastas, los crayones parecen danzar en los cuadernos, ritmos corporales, juegos, se van desplegando en el transcurso de la jornada.

El arte, la música son ese hilo de oro que le permite al niño ir transitando su escolaridad de manera vivida, humanizada pero sobre todo siendo parte de los propios procesos.

La mirada integral del ser humano desde la antroposofía nos invita a contemplar un  ser humano en devenir, educando cuerpo, alma y espíritu con el simple fin de promover la formación de hombres libresLas maestras y maestros acompañan al grupo durante sus 6 años de escolaridad, siendo parte de sus procesos, conociéndolos en todo su ser, velando por su sano desarrollo. Durante estos años los maestros y maestras trabajan en una observación profunda sostenida por los pilares de la Antroposofía.

Este acompañar permite que como adultos realmente se puedan atender a las necesidades físicas, anímico y espirituales de cada niño o niña, entendiendo que en un  Primer ciclo el niño necesita construir en su interior la imagen de una autoridad amada que vele por su crecimiento, que lo acompañe en estos nuevos desafíos de descubrir letras y numeros, de mover sus manitas en las labores y su cuerpo en cada ronda.

Ya en segundo ciclo construida está imagen, el niño comienza a ver y a necesitar estar acompañado por este maestro auténtico y veraz que tomándolo de la mano le muestra las maravillas del mundo, lo lleva a, recorrer historias, y conocer distintas disciplinas que le permitirán, en el tercer septenio, comenzar a andar otros caminos. La física, la geografía la botánica, la zoología son algunos de los universos que se despliegan para que los niños y niñas se fortalezcan anímicamente, fortalezcan su pensar y conquisten su voluntad.