«En las escuelas Waldorf no se evalúa»

Muchos son los mitos que giran alrededor de la Pedagogía Waldorf, uno de ellos es el supuesto de que en las aulas Waldorf los maestros y maestras no evalúan. 📝 Muy lejos estamos de esta idea, para nosotros la evaluación es la herramienta que nos permite, en el día a día, conocer a nuestros niños y niñas, comprenderlos de manera íntegra en su pensar, sentir y hacer. 😊 La evaluación es una herramienta de conocimiento de la propia individualidad del niño y la niña.

Sostenemos el desarrollo de un tipo de evaluación consciente, centrada en la observación del proceso permanente, en la conquista del hacer desde las manos, en el trabajo con otros; una evaluación que necesita de una maestra/o comprometido con cada acción que lleve adelante en relación a su grupo de niños/as. 👧👦

En cada encuentro con el niño/a el maestro/a se trasforma en un observador constante. Él, además de pensar, planificar y ordenar las clases en relación a las múltiples individualidades que integran su grupo, evalúa permanentemente los mínimos progresos de cada uno de sus niños desde una mirada puesta no solo en lo intelectual sino también en lo físico y anímico. 👩‍🏫 Cada niño/a es entendido como una unidad donde confluye su pensar, sentir y hacer. A fin de año, después de llevar registros, encuentros con los padres y demás instancias de cuidado y observación de la niña/o, el maestro elabora un texto a modo de informe con la descripción del proceso anual de cada uno de ellos. 🌈 El mayor progreso del niño/a es su propio desarrollo. La evaluación describe por tanto el progreso alcanzado por el niño/a en términos relativos a su desarrollo individual y grupal. 💗

Lejos estamos de no “evaluar “a los niños y niñas, entendiendo a la evaluación como herramienta de observación, de acompañamiento, de reflexión, de instrumento que nos permite diariamente profundizar nuestra mirada en relación a la naturaleza del ser humano. 🙏